miércoles, 30 de enero de 2008

Esquema para provocar playeras poéticas que no van a ninguna parte.


Pedro Luis

La otra noche utilicé una playera con estampado. Un amigo me hizo el favor de hacer un diseño y trabajo en serigrafía. Es un doble perfil de un semblante conocido: se miran el uno al otro sobre una playera beige, donde luce en una dualidad plena, los rostros y las calvas de Carlos Pellicer en rojo bermellón. Fue en la noche del after, de la tocada mezclada con poesía en el Planetario; surgió a modo de broma, de cotorreo, esa puntada de invadir a la ciudad de playeras con estampados de sus tres poetas importantes: Pellicer, Gorostiza y Becerra. Imagínense la triada de bardos tabasqueños, imponiendo moda clandestina y piratona, apabullando al negocio de playeras negras que se venden y se pasean por el centro con frases tan ridículas como la de: “Busco novio con auto”, “Chiquita pero picosa”, “El casado es él” entre otras frases populares de nuestro vulgo.
Para contrarrestar esas palabras por supuesto estarían en primerísimo lugar, los versos de los poetas de donde tomaremos nuestra imagen, nuestro logo “comercial” si quieren llamarlo desdeñosamente; sería algo como la imagen de Kodak del Ché Guevara o Frida, producto artístico cien por ciento redituable. Entonces las playeras podrían tener la imagen casi imperceptible de José Gorostiza y sus anteojitos, abajo en cursivas, un verso de él: “Putilla del rubor helado, vamonos al diablo…”
O tomar la calva de Pellicer y tatuarle un verso, por supuesto de su autoría: “Noche en el agua. Yo te lo dije. Noche en el agua.”
No cabe duda, la imagen de José Carlos Becerra en playera negra, una foto donde se pasea por un cementerio de Europa o en la que posa junto a un cartel de una tocada rock por aquel continente. “Dinamiten el idioma de vuestra ciudad, logren el corto circuito en el sueño”
Lo mejor que les puede pasar a los poetas es que la gente se apodere de sus versos, que los distribuya y exprima el jugo de su lenguaje, donde deja de ser suyo cuando llega alguien, lee y reflexiona, se entusiasma y transmite. Es importante añadir: en estos tiempos donde hoy por hoy la imagen, elemento en su auge, más espectacular que nunca, el lenguaje todavía lucha contra el silencio.
Al final de aquella conversación entre cerveza y tabaco se concluía que el proyecto de “playeras poéticas” en los tianguis de la ciudad es una de las tantas formas de provocar algo entre la gente, entre transeúntes de salario mínimo, al que pocas veces saludamos o nos saludan, del señor que vende pescado en el mercado y tiene un momento para escuchar Telereportaje y otro para fijarse en el cuchillo rebanador de pulgares. Del chavo sin más casa que la calle, de chemo, cristalazo y pisa y corre. O quizás, en realidad y bajando a la residencia en nuestra tierra, todo esto nada más fue una conversación para pasar la francachela, lenguaje de aquellos que pasamos sin pena ni gloria sobre la sombrita y el calorón.

miércoles, 23 de enero de 2008

HE CRECIDO COMO UN ÁRBOL PARA NECESIDAD DE LOS PÁJAROS




Pedro Luis

Se fue el 2007 y en Tabasco (de donde a mucha honra soy y vivo) dejamos las inundaciones y algunos amores que también se llevó la corriente. El 2008 inicia en Tabasco con el 111 aniversario del natalicio del “poeta- estatua”, Carlos Pellicer Cámara que se le ocurrió nacer para necesidad de los pájaros, del río, de los árboles un 16 de enero en esta tierra tropical.

Me considero un cantante frustrado de un grupo de rock, de grunge, un desentonado Eddie Vedder que es fiel en la imitación sólo por el constante gusto por el vino barato y la cerveza mexicana. Mi salvación es la literatura y sobre todo la poesía donde se llega al mar sin tantas carreteras. Es así que con mis amigos de Árbol9, uno de los mejores grupos de rock progresivo en el estado, he montado un espectáculo de rock, poesía y artes visuales al que le hemos llamado Sonórika Bautista, Puentes para Navegantes. Esta puesta multidisciplinaría la hemos montado más de un par de veces con buenos resultados donde un servidor la hace de recitante para calmar sueños frustrados de ser un cantante de rock.
Por invitación del Instituto de Cultura nos invitaron a participar en este homenaje con un “Sonórika Pelliceriano” donde la poesía del “poeta del agua”, Carlos Pellicer, es el centro principal para la manifestación de la música (Árbol9) y las artes visuales (Cocodrilo films)
En el planetario Tabasco 2000, recinto que alberga una buena acústica, presentamos el 19 de enero lo que llamamos, por sugerencia de mi amiga, la poeta Verónica Sánchez, el recital rockero, tributo al poeta: Pellicer, Estación abierta, retorno. Donde la música del arbolito, las visuales del grupo de cine y video tabasqueño Cocodrilo films y un servidor recitando algunos versos del “poeta-museógrafo”, logramos una atmósfera de esas cuando uno se dice: Esto es lo que me gusta hacer para sanar mi alma.
Los dejo con unas fotos de aquella noche cortesía de mi compa Carlos Matus y por supuesto un poema del Poeta de América, uno de los que recité y uno de los más hermosos poemas que este fecundo bardo escribió a lo largo de su brillante carrera por las letras y las artes.

ESTUDIO (1925)

Esta fuente no es más que el varillaje
de la sombrilla
que hizo andrajos el viento.
Estas flores no son más que un poco de agua
llena de confenti.
Estas palabras son pedazos de papel
en el que no escribí hace poco tiempo.
Esa nube es mi camisa
que se llevó el viento.
Esa ventana es un agujero
discreto o indiscreto.
¿El viento? Acaba de pasar un tren
con demasiados pasajeros…
este cielo ya no le importa a nadie;
esa piedra es su equipaje. Lléveselo.
Nadie sabe dónde estoy
ni por qué han llegado así
las asonancias y los versos.

martes, 22 de enero de 2008

ESTE ES UN ALBERGUE TEMPORAL


Pedro Luis

Sí mire, yo vengo para hablar en la tele. He visto el canal desde que empezaron transmisión todo el santo día. He visto los corazones del pueblo por la tele. Tienes que ir a la lloradera en TVT me dijo un compadre, y es que luego luego se suelta el agua de los ojos cuando sale uno en televisión. No es para menos, está inundación es la peor que se ha visto; muchos lo han perdido todo; mi viejo que es muy viejo no recuerda una igual. Deben ser los nervios de estar frente a la cámara lo que también provoque esto tan curioso. Por eso vine hasta acá para cerciorarme como está esto de la desfiladera. Ya vi como pasan, Se preparan primero con usted, pregunta nombre y lo que van a decir y los forma. Algunos traen pancartas con los números telefónicos en letra grande y negra. Números a donde pueden llamar los que andan perdidos. Hay una mujer pequeña, la veo como nerviuda, arruga su pancarta y apuesto que va a ser la primera que vea llorar en vivo y a todo color. Lo ve usted, luego luego, no se pudo aguantar.
Pues yo me llamo Tranquilino, sin apellidos por ahora, si tengo pero horita toy bronqueado con el viejo, no se quiere salir de la casa y le va a llegar el agua a la nuca, después el hedor de mierda es difícil de quitar. Más a su edad que ya huelen rarito. Pues no quiero que oiga su apellido de mi boca, es todo, y apellido materno pues mi jefecita hace un año se nos adelantó así que no tengo madre.
Pues de eso vengo a hablar, a decirle que si no sale voy a exhortar desde aquí al químico para que le mande un helicóptero y militares pa que lo saquen aunque sea a golpes, es necio el viejo. Yo sé que el químico viene para acá seguido, por favor, me gustaría que le enseñaran este recado.
Hay gente que no aguanta el llanto y cuando sale de la cámara ya no lloran. Casi casi como especie de magia se les quita las ganas de chillar y están tan frescos y campantes. Tengo ganas de salir ya para ver si me pasa lo mismo. Pero yo se aguantar el lloriquero. Cuando murió mi jefecita estuve sin soltar una lágrima todo el velorio y el entierro para que el viejo no se desplomara. Cuando todo acabo entonces si, me encerré en mi cuarto y lloré como recién nacido. Pero en el velorio y entierro de mi madre no hubo cámaras de televisión.
Ustedes saben que la gente le dice a TVT el canal de Dios, porque todos saben que existe, pero nadie lo ve. ¿Si lo sabe, verdad? Es un chiste viejo, en tiempos de la CORAT ya se decía del famoso canal de Dios. Pues ahora eso ha quedado atrás, ahora todos lo ven para ver a la gente llorar o pedir ayuda o mandar el recado a la familia para que no se preocupen, que están en tal albergue y todo eso que se dice horita.
Es momento de seguirle. Ya me llegó la cola. Pues muchas gracias, es usted muy amable, estoy a punto, lo ve usted, ya me está temblando un ojo. Ojala me vea el viejo desde su trinchera de agua, el hijo de su santísima y necia madre. Disculpe Por la culpa de él estoy aquí, si por fin quiere verme llorar ojala que tenga prendida la tele…