lunes, 25 de febrero de 2008

Sombras a cuarenta grados de distancia…


Pedro Luis


Hay un verso de Jorge Esquinca, poeta mexicano que estuvo en tierras tabasqueñas e inundables para un austero y flojo Cuarto Encuentro Iberoamericano de Poesía hace unos días. El poeta de la ciudad de México dice de las de acá: Un verso de Pellicer para que mejore el clima. Así es, un verso de Pellicer para que mejoren nuestros tiempos, para que el temporal de austeridad se vaya y venga la riqueza en nuestros corazones, un verso de Pellicer para los niños de la calle que se conforman con unas monedas y la indiferencia de las autoridades, un verso de Pellicer para ahuyentar la violencia en nuestras colonias, un verso de Pellicer para las madres solteras que hacen cola para recibir un modesto apoyo del gobierno químico, un verso de Pellicer para olvidar la horrible pintura que el Ayuntamiento del Centro ha impuesto en los parques de Villahermosa, un verso de Pellicer para no pensar en el diputado borrachín que sale a gatas del table dance dando de balazos a quien quiera ayudarlo, un verso de Pellicer para olvidar que a ese tipo de funcionaros no les harán nada por tener el fuero y jactarse de influyentes, un verso de Pellicer para todos los que extrañarán la feria que se ha cancelado por falta de recursos, un verso de Pellicer para los paisanos que tuvieron que irse al otro lado porque aquí no hay oportunidades de trabajo, un verso de Pellicer para los que perdieron todo en las inundaciones pasadas, para los que no les alcanzó el vale de diez mil pesos, un verso de Pellicer para los olvidados en la Casa del árbol, un verso de Pellicer para las madres desnaturalizadas que abandonan a sus hijos en las puertas de casas ajenas, un verso de Pellicer para los maestros que se la pasan en el sindicato dando golpes y provocando la ira, un verso de Pellicer para todos los aspirantes a entrar a la UJAT y que no han podido por X o por Y, un verso de Pellicer para los amigos que se han dejado de hablar por nimiedades, un verso de Pellicer para las familias disfuncionales que no pueden superar sus diferencias, un verso de Pellicer para los hijos de padres separados que luchan entre dos familias y rencores del pasado, un verso de Pellicer para mis sobrinos, un verso de Pellicer para las parejas que no pueden tener hijos, un verso de Pellicer para los que no encuentran el amor, un verso de Pellicer para los marginados, un verso de Pellicer para los que se encuentran en el CRESET esperando el día de visita, un verso de Pellicer para los que han perdido a sus padres, un verso de Pellicer para los que extrañan las vacaciones, un verso de Pellicer para Tabasco que olvida a sus poetas, la verdadera conciencia del pueblo, y ahora si, un verso de Pellicer para que mejore el clima: ¿Cuál de todas las sombras es la mía?

domingo, 10 de febrero de 2008

Recado con arma de fuego


Mi otro Yo:

No estoy en casa. Si llegas, escondí el arma debajo de las almohadas. Ya sabes lo que debes hacer hacer. Si encuentro esta nota quiere decir que no llegaste y que el arma sigue ahí. Si llego y la nota sigue pero el arma no, quiere decir que no te interesaron estas palabras y fuiste decididamente a tomar la automática para ponerle fin a quien nos ha hecho la vida de cuadritos (novela- breve de tercera clase.)
Cuando le dispares pones rígidos los brazos, tensa todos los huesos del cuerpo, aprieta bien el gatillo y dile unas palabras como “nos vemos en otra vida” o “corre si quieres morir cobardemente;” no te burles del pobre diablo si empieza a rogar o a querer comprarte.
Querrá un último cigarrillo, ofrécele fuego sin dejar de apuntarlo, conversa de lo que hizo hoy mientras expulsa humo y le tiemblen sus marchitas manos. Si empieza a llorar matadlo inmediatamente, (siempre quise escribir la frase anterior.)
Si te llevas la nota te aconsejo que la destruyas o te la comas. Por ningún motivo la leas en lugares públicos ni mucho menos se la enseñes a alguien. Se muy bien que no eres estúpido pero las recomendaciones no están de más.
Cuando el cadáver se encuentre con el suelo colócale una flor de las que seguramente tiene en el florero de la mesita de centro. ¡Cómo le gustan las flores! (O le gustaban.) Te apuesto que son las llamadas nubes, estas flores que no son rosas y no huelen las soporté por muchos años. Será un toque de buen gusto en medio del charco de sangre (porque habrá charco de sangre ¿o no?) Por favor, no lo mates cuando este pisando la alfombra, no soporto arruinar decoraciones.
No tienes que tener –necesariamente— una mirada de asesino. Creo que nunca pensaste que lo serías aunque muchos piensan en serlo o les excita saber que pueden matar pero en realidad nunca se atreverán. Tú los has rebasado, vas en estos momentos – al terminar de leer esta nota – a convertirte en uno. ¿Qué se siente? ¿Cómo camina un asesino? ¿De pronto se vuelve atractivo? Yo creo que si; ahora eres el hombre más atractivo del mundo cargando una automática a punto de erupción.
Hemos discutido las razones que nos han llevado a este paso decisivo: el amor. (¿Hay otra razón por la cual eliminar a un ser humano? No.) Ese viejo refrán que dice en el amor y en la guerra todo se vale siempre he pensado que es un tanto erróneo; en el amor y después del amor todo se vale.
He salido a tomar un americano, observaré la lluvia si es que se atreve a descargar esta noche en algún cafetín del centro. Te juro que no podré aguantarme las ganas de saber que cuando llegue a casa habrá un asesino esperándome ansioso por hacerme el amor. Me lo harás con tiranía, me desgarrarás la ropa y yo haré trizas tu bragueta. Entre las palabras obscenas que siempre nos decimos dirás un “¡lo hice! ¡Lo hice!” y morderé tu lengua.

Te ama

Yo